El oro coloidal actúa en dos niveles que se combinan entre sí y validan así  su eficacia.

-Sobre el plano físico o celular.

A nivel celular, su presencia contribuye a crear las condiciones óptimas de manera que las células puedan funcionar  perfectamente. En este sentido se comporta como un catalizador, que facilita las funciones fisiológicas y en el caso que exista alguna alteración de estos procesos, contribuye a reequilibrar los mismos. Es entonces comprensible que sea útil en muchísimas patologías, incluso las de tipo degenerativo.

-Sobre el plano energético.
Este nivel es más desconocido, aunque no se pueda ignorar ni su existencia  ni tampoco  su importancia, como lo  ha demostrado recientemente la física cuántica.

El oro aumenta la frecuencia de resonancia de las células que lo hospedan. El mismo agua energizada en la que están presentes las nanopartículas de oro tiene un efecto beneficioso sobre todo el cuerpo y favorece la distribución de una frecuencia armónica, que optimiza la frecuencia general de resonancia armónica de la célula, elevándola a niveles superiores y más “sanas”.

Respecto a esto, os invito a leer este interesantísimo tema y a ver los videos de la conferencia “El Canto de las Células”, del profesor Carlo Ventura.

El oro mejora la circulación, la respiración y aumenta la temperatura. Puede ser indicado para golpes de frío, fiebre, arrebatos de calor y sudor nocturno. Es capaz de mejorar la digestión y es un buen ungüento para el lupus.

El oro nos protege de las placas ateroescleróticas en nuestros vasos arteriosos, venosos y coronarios. Es un excelente estimulante del músculo cardíaco, del ritmo y la calidad del latido.

Confiere súbitamente una sensación de bienestar general: estimula la vitalidad y da energía.

Tomado regularmente por largos periodos aumenta la longevidad de las células y de la vida misma.

Potencia el sistema inmunitario.

Relaja los músculos y desinflama las articulaciones.

Mejora la digestión, la circulación sanguínea, el sistema linfático, las funciones cerebrales y la concentración.

Es capaz de prevenir las formaciones tumorales, ya que controla la reproducción celular y la correcta información genética en su interior (ADN celular).

El oro también nos aporta muchos otros beneficios.

Puede, por ejemplo, influir en el sentido de la responsabilidad y sobre la Consciencia.

Puede ser necesario en conflictos del ego, para el sentimiento de frustración o para el exceso de responsabilidades, en resumen, para la gestión del estrés excesivo y sobreproducción de cortisol.

Es igualmente útil para quien está deprimido, para aquellos que se reprochan demasiado y tienen tendencias suicidas. Puede beneficiar a personas maníacas, que tienden a la megalomanía, o que son excitables y coléricas. Es óptimo suministrarlo simultáneamente, como complemento,  con técnicas de psicoterapeuticas. Ideal para armonizar el humor y la inestabilidad emotiva. El oro es un rival formidable contra el ansia, el miedo, la angustia y la depresión.

Sus efectos son traer balance y armonizar el equilibrio mental, sin contar su efecto positivo sobre la actividad del corazón (mejora la circulación sanguínea).

El oro coloidal es uno de los mayores renovadores de nuestra fuerza vital.

Actúa en profundidad sobre el ADN de las células creando el entorno perfecto para que el cuerpo pueda reaccionar e invertir las condiciones degenerativas, o sea, rejuvenecer de facto las CELULAS de nuestro cuerpo. En este sentido es realmente notable su peculiar eficacia en los tratamientos ANTI-AGE contra los radicales libres y en contraste con la excesiva oxidación celular, pero también en los tratamientos estéticos de tipo cosmético y regenerativo.